domingo, junio 27, 2010

Así están las cosas.

Leo un artículo de Pedro López López de Público citado en Rebelión un extracto del artículo 525 del Código Penal en vigor en España.
1. Incurrirán en la pena de multa de ocho a 12 meses los que, para ofender los sentimientos de los miembros de una confesión religiosa, hagan públicamente, de palabra, por escrito o mediante cualquier tipo de documento, escarnio de sus dogmas, creencias, ritos o ceremonias, o vejen, también públicamente, a quienes los profesan o practican.
Pena de cárcel por ofender los sentimientos de una confesión religiosa, sus dogmas, creencias ritos o ceremonias. No sabía que con el código penal en vigor puedo ser considerado un delincuente por el profundo desprecio que siento y expreso hacia el criminal papel de la religión en las relaciones humanas. No sabía tampoco que nuestra legislación antepusiera la protección a las religiones frente a la libertad de expresión.

Estos han sido sin duda unos días fecundos para liberarme de la ingenuidad. También sacado de Rebelión de un artículo de Cuarto Poder.
Entre los logros de la Presidencia española de la Unión Europea, ha pasado prácticamente desapercibida la aprobación de un programa de vigilancia y recolección sistemática de datos personales de ciudadanos sospechosos de experimentar un proceso de “radicalización”. Este programa puede dirigirse contra individuos involucrados en grupos de “extrema izquierda o derecha, nacionalistas, religiosos o antiglobalización”, según figura en los documentos oficiales.
Que lo hacen ya lo se, que lo pongan por escrito tan claro es sorprendente y clarificador. Siguiendo con las citas, leo en el foro de IU una cita de unas declaraciones de Barroso:
José Manuel Barroso, presenta una apocalíptica visión en la que los países afectados por la crisis en el sur de Europa podría ser víctima de los golpes militares o levantamientos populares si los tipos de interés se disparan y colapsan los servicios públicos.
Nuestro amigo nos recuerda que las movilizaciones populares como efecto de la crisis pueden encontrarse con la medicina dura de medidas dictatoriales. A buen entendedor pocas palabras bastan.

Aunque lo importante es lo importante, la cosa es no dejar resquicio alguno, así que se nos controla también en los asuntos menores. El Instituto Cervantes decidió recientemente que la votación on-line para elegir la palabra favorita en Castellano se tenía que cancelar por "problemas técnicos". Dichos problemas se resumían en el hecho de que a poco del final del plazo de votación la palabra más votada era "República". Una jilipollez sin duda, pero siempre se ha comentado la falta de sentido común de los censores. El comunicado explicativo parece de coña.
Al no poder garantizar la validez de los resultados debido a estos problemas técnicos, hemos recuperado por orden alfabético las diez palabras más votadas desde que se abrió la campaña: Arrebañar, Cachivache, Gamusino, Infinito, Limón, República, Sueño, Tiquismiquis, Titipuchal y Tragaldabas.
Ante todo lo anterior el hecho de que la manifestación de esta mañana convocada por IU (tan solo bastantes miles de personas con banderas rojas llenando la Plaza Mayor) no merezca ni una línea en las versiones on-line de los periódicos supuestamente progresistas como Público o El País, es una mera anécdota. Anécdota que nos corrobora que ni esto es un estado de derecho, ni hay libertad de expresión, ni hay democracia, ni hay medios de comunicación que no estén controlados por los que mandan.

Es lo que hay. Bueno es saberlo y actuar en consecuencia.

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