martes, enero 10, 2012

¿Porqué la mayoría no ve lo que yo veo?



Esta mañana me encuentro con un conocido con el que la conversación me lleva al tema de la situación político-económica y las negociaciones sindicales con el gobierno y los empresarios en pos del enésimo recorte. Me muestra su desacuerdo con mis duras críticas a los sindicatos cuyas negociaciones nos llevan a un lento desangrarnos de recortes y cesiones. Me acusa de querer unos sindicatos del siglo XIX, y me argumenta  que dada el poco apoyo que tienen, si fueran más combativos el resultado sería peor. Cuando nos despedimos me quedo pensando que efectivamente la acusación es cierta, pero es igualmente cierto que mi pretensión de cambiar el modelo sindical está más que justificada. Fueron esos antiguos sindicatos combativos y con la huelga como base de la lucha los que consiguieron todos los avances sociales que los sindicatos actuales de moqueta y reunión con ministro van perdiendo pedazo a pedazo.


En realidad nuestras élites sindicales parecen haber interiorizado un tremendo cambio de visión de las reglas del juego. Donde los sindicatos de hace un siglo veían un conflicto con unos enemigos de clase que mantienen intereses contrapuestos con los de los trabajadores, los sindicatos de hoy parecen ver a compañeros de negociación en busca de un bien comun. Tanta apelación a la responsabilidad de los trabajadores me produce hartazgo, especialmente cuando viene de los que deberían defendernos con uñas y dientes. Es lo malo de abandonar la ideología, sin cuyo referente nuestros sindicatos han olvidado lo que son y lo que somos, han olvidado que esto es un conflicto encarnizado donde tenemos enfrente a nuestros enemigos, y que no están ahí para defiender los intereses de España, o de los españoles, sino de los trabajadores.

No quiero por otra parte centrar mi crítica una vez más en los sindicatos, porque tengo claro que ese mismo mal nos rodea en todos los ámbitos politico-sociales. Donde yo veo una banca usurera que parasita y engorda a costa del esfuerzo de sus trabajadores-clientes, a los que expropian de sus ahorros invertidos en forma de vivienda, una banca que no duda en chupar del Estado cuando necesitan protección contra las pérdidas de sus otrora lucrativos negocios, otros parecen ver altruistas entidades que cumplen con una importante labor social de canalizar el ahorro para generar crédito. Donde yo veo pequeños burgueses con negocios basados en la explotación de los empleados, otros parecen ver emprendedores que dejan caer el maná en forma de empleo a aquellos que siendo más torpes y menos preparados reciben la caridad de un puesto de trabajo. Donde algunos ven en las multinacionales patrias a orgullosos ejemplos de nuestra capacidad empresarial, que pasean por el mundo la marca de España a la vez que las de sus empresas, yo veo compañías que deslocalizan empleos en busca de mano de obra aún más esclavizada que la nuestra, y que exprimen mercados ajenos mediante las mismas tacticas, muchas veces turbias, con el objeto de que se forren aún más los que todo lo quieren. Donde algunos aplauden aliviados la subida de la bolsa, yo veo el índice que indica el éxito de los especuladores en unas actividades que debían ser calificadas de delito.

Y puedo seguir casi sin límite. Donde otros ven a los votantes de la derecha como gente que defiende otros puntos de vista políticos, tan respetables como el mío, yo veo a cooperadores necesarios en un sistema injusto y criminal, movidos en el mejor de los casos por la ignorancia, y en el peor por el egoismo. Donde otros ven libertad de credo, yo veo pasividad ante sectas tan destructivas para la libertad personal como es la iglesia católica, responables de crímenes difíciles de cuantificar y enemigas del progreso de la humanidad. Donde otros ven a un gobierno y unos políticos que representan la soberanía del pueblo, yo veo estafadores representantes del bipartidismo que se aprovechan de un sistema manipulado y corrupto y lo ponen al servicio de las oligarquías que realmente nos gobiernan. Donde unos sienten orgullo ante las heroicas victorias de nuestros deportistas y selecciones, yo veo papanatas que aplauden ante deportes que no conocen, cuando no deportistas cuyo patriotismo no les da para dejar de fijar su residencia en paraisos fiscales y para no canalizar sus ingresos por medio de empresas que les garanticen la evasión fiscal.

Resulta exasperante mirar a tu alrededor y ver este panorama de abuso, mentira, robo, egoismo y estupidez,.mientras la gente que te rodea asiste impasible y ciega, como si vivieramos en mundos diferentes. Es como vivir en una pesadilla absurda de la que parece imposible despertarse.

A modo de post data quisiera añadir que aunque se que más de uno que me lea considerará mis puntos de vista bastante intolerantes, yo no puedo estar menos de acuerdo. No creo que quepa una demostración mayor de paciencia y tolerancia que la mía, al defender pacíficamente mis ideas despues de tener una visión del entorno tan indignante y exasperante como la que yo tengo.

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