martes, julio 24, 2012

La hora de IU

Muchísimo tiempo sin escribir. Hay veces que me da la impresión que la realidad es auto-explicativa, y lo que yo diría ya lo está diciendo todo el mundo, por lo que no merece la pena. Aprovecho unos días de vacaciones para escribir alguna de las cosas que creo que no se dicen o no se dicen bien y que creo que son importantes. Espero que el tiempo me confirme en mi análisis.

Hace unos meses escribí mensajes en este blog anticipando lo que yo creía que iba a ser la evolución política después de las elecciones. Mi predicción era que el PP entraría al gobierno con el cuchillo en la boca y confiaría que algún indicio de recuperación les otorgaría legitimidad en un momento en que la gente parecía dispuesta al sacrificio con tal de que como grupo saliéramos del túnel. Predije también que las esperanzas del PP serían vanas, que la crisis no se ha ido y que a medio plazo solo se iba a recrudecer lo que desgastaría al gobierno de forma rápida. Admito que ni yo mismo fui capaz de prever hasta que punto las cosas se desmoronarían y qué rápido sería el descrédito del PP.

En aquellos tiempos predije que el PSOE estaría un tiempo KO y sin capacidad de hacer oposición. También predije que no se produciría la necesaria renovación y autocrítica, lo que les impediría sacar demasiados réditos del desprestigio del PP. Una vez más la realidad parece superar a mi predicción, al PSOE ni está ni se le espera, ya no parece engañar a nadie y no parece haber nadie dentro de este partido que consiga levantar el mínimo de credibilidad como para movilizar a sus otrora ilusionadas bases. La única nota de esperanza podría venirles de un Hollande en Francia que parece dispuesto a ir un poco más allá de lo que el socioliberalimso omnipresente en los partidos socialdemócratas europeos consideraría aceptable. Veremos, pero no parece suficiente de momento.

Anticipé que la única oposición real al PP sería la de IU, que debía aprovechar la situación para salir de la situación de casi marginalidad que arrastra desde hace 15 años. Pese al habitual ostracismo de los medios, y con los habituales titubeos de nuestros apoltronadillos dirigentes, creo que no se ha hecho mal, y así lo demuestra el creciente apoyo que muestran las encuestas. La coherencia de un discurso que defendíamos en solitario antes de la crisis, unido a la irrupción de Syriza en Grecia y en menor medida de Melenchon en Francia, ha contribuido a que se nos vea de forma diferente, menos como los locos utópicos y más como los críticos que ofrecen alternativas.

Tampoco me parece haberme equivocado cuando pensaba que si bien el 15-M poco conseguiría en cuanto a medidas políticas concretas, si sería útil para repolitizar y concienciar a la gente. Y creo que de nuevo IU hizo bien apoyando e integrándose pero sin tratar de dirigir el movimiento. Ahora creo que empezamos a recoger los réditos en una sociedad mucho más consciente de la falta de democracia real y de como el sistema bipartidista está viciado.

En esta situación IU se enfrenta a un futuro diferente y a una responsabilidad importante. Ahora es cuando tenemos la posibilidad y la obligación de liderar a toda la gente que está descubriendo la magnitud del engaño y la estafa. Porque el sistema tiene grietas tan grandes que ya no se pueden ocultar y la gente necesita vislumbrar algún camino.

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