domingo, junio 16, 2013

¿Optimistas o ilusos?


Tiempos convulsos estos, en los que el saber convencional puede dejar de servir para explicar lo que ocurre, y por ello para anticipar el futuro. De una mala lectura de la situación pueden llegar decisiones erroneas de las que se pagan caro, y para mi que abundan muchas de ellas en las últimas semanas.

Rubalcaba y el PSOE no saben a que atenerse. Su instinto electoral les hace mirar hacia la izquierda cuando están en la oposición, y algunas señales al respecto han dado en los últimos meses, hasta que llegó ese dinosaurio llamado Gonzalez y mandó a callar. Los tipos como Gonzalez (o Aznar) tienen un ego demasiado grande como para permitir que se cuestione su obra, así que cuando el máximo responsable del giro neoliberal del PSOE sale a la palestra, lo que hace es defender su legado. "El PSOE no debe perder su vocación de mayoría" dijo nuestro repulsivo ex-presidente en un acto-homenaje, y lo que decía es que no hay que dejarse tentar por acercarse a posiciones de los comunistas antisistema. En una ofensiva en toda regla, los poderes fácticos del entorno del partido, con El País a la cabeza, se lanzaron a pedir pactos de estado con el PP para salvar a nuestra economía.

Sería interesante saber lo que se ha cocido en las cocinas de Ferraz y lo que se ha movido en la cabeza de Rubalcaba, pero parece que las posturas pro-sistema y pro-pacto se han impuesto en la cúpula del partido. Parece un movimiento estúpido del que creo los que formamos parte de IU nos congratulamos, pero cuyo fundamento puede ser una simple ilusión. Sospecho que el PSOE anda muy preocupado por que un rebote económico después de la caida libre en la que llevamos instalados hace dos años de alas al PP para apuntarse el tanto de la recuperación, estigmatizándoles a ellos como los que provocan las crisis. Es normal dado que el pensamiento económico dominante en el PSOE es igual al del PP, pero es una ilusión, y a ello me referiré mas tarde. Si el movimiento falla, el PSOE se emcontrará con que lo único que ha conseguido es confirmar que no son nada más que el rostro algo más amable del bipartidismo, y su futuro quedará muy dañado, con el espejo del PASOK en el que mirarse.

Anda el botarate de nuestro presidente Rajoy paseando por los medios con cara de quién ha sido superviviente milagroso de un accidente aéreo. Ya por fin (le han dicho y nos dice) estamos saliendo de la crisis, pero como dice Mota: "hoy no... mañana"  Sospecho que Rajoy no tiene ni pajolera idea de economía, que nuestros gobernantes suelen ser del ámbito del derecho, osea que me lo imagino bajando a las cocinas del Ministerio de Economía a preguntar cuando va a surtir efecto la pócima nauseabunda y laxante que sus brujos económicos nos llevan administrando hace tiempo. Con el susto aún encima, parece que alguien le ha dicho que esta vez si que va a ser la buena, y nos anuncia la noticia con una cara en la que aún se nota la angustia. ¡Pa habernos matao! Parece decir, y es que sabe que como esta no sea la buena, el batacazo electoral que se les avecina para dentro de un año y en adelante va a ser de aupa.

En el alivio del presidente puede influir un aparente desinflamiento de la movilización en la calle. Supongo que muchos dirigentes del PP llegaron incluso a temer necesitar escolta policial hasta para ir de compras, así que cuando asoman la cabeza a la calle y no ven manifestaciones, ni indignados acampados, ni escraches de la PAH, deben pensar que lo peor ha acabado y que ya anda escampando. Ilusos puede que sean si piensan que el cabreo y la indignación de la población está amainando. Se palpa entre la gente un grado de hastío que ya no se calma con salir a la calle a gritar, y no se dan cuenta que la caldera es realmente peligrosa cuando acumula presión. Cualquier chispa puede crear un estallido de proporciones interesantes, pero si tal cosa no se produce, las vacaciones electorales se pasarán, y llegá la hora de que a la población se le permita dar una buena hostia a los que les gobiernan por medio del único arma que se le deja: las urnas. Creo que en este área veamos una nueva faceta de la ilusoria visión de futuro de nuestros gobernantes, y al tema electoral me referiré luego.

Como comentaba antes, el PP y el PSOE parecen ambos abonados a la teoría de que por fin vamos a salir de la crisis. Esta vez pasamos de la teoría de los brotes verdes a la de la luz al final del tunel, pero igual que hace tres años ocurrió durante el zapaterismo económico tardío, no comparto con ellos su optimismo. La economía no puede crecer porque no puede haber demanda interna en medio de un recorte de salarios y de freno al gasto público, y no puede haber demanda externa cuando las perspectivas económicas del mundo son tan sombrías, con la economía de los BRIC desacelerando y con la UE en recesión. Tampoco parece que pueda compatibilizarse el discurso de "hemos vivido por encima de nuestras posibilidades", con el de que hay que reactivar el crédito. El fracaso de la ideología económica que llevan defendiendo hace años es ya tan evidente, que sus esperanzas de que la cosa mejore encomendándose a la Virgen (como hacen alguno de nuestros ministros) produce hilaridad.

El cuento de la lechera, buen exponente de lo que es confundir ilusión con realidad, le falló a Zapatero con los brotes verdes, y sus hermanos ultra-conservadores van camino de probar la misma medicina. Cuando a finales de año Guindos nos vuelva a anunciar el retraso en las perspectivas de recuperación, lo harán ya a pocos meses de las elecciones y sin margen de maniobra. Lo que se puede avecinar es el derrumbe definitivo de un bipartidismo corroído además de por la crisis y el paro, por una corrupción que supera lo que hasta los más cínicos hubiéramos imaginado. Las encuestas parecen sin embargo favorecer ese optimismo, cuando en lo que ellos piensan que es el punto más bajo de la legislatura, aún dan un relativo respiro a los populares, que sólo perderían entre un 25 y un 30% de sus apoyos (¿sólo?).

En realidad, las encuestas son la otra pata de la ilusión en la que creo que vive el PP y el resto de parásitos que han dejado moribundo el sistema del que se nutren. Con estimaciones directas de voto alarmantemente bajas para el PP y el PSOE (este último adelantado por IU en este apartado en alguna de ellas), nuestros atribulados sociólogos de las empresas de opinión y del CIS se enfrentan a un dilema complicado al hacer estimaciones de resultados.


Entre Julio de 2011 (última encuesta del CIS de antes de las generales) y Abril de 2013, el PP pierde casi el 60% de la intención declarada de voto, mientras que el PSOE pierde casi el 50%. Dicha caída en la intención de voto se traduce en una pérdida en estimación de resultado de tan solo un 24% para el PP, y un 2% para el PSOE.

Este tipo de optimista estimación para el bipartidismo en base a pobres intenciones declaradas es algo que se da en casi todas las encuestras, si bien el CIS lo lleva a un extremo que parece rozar lo ridículo. Aparte de la potencial manipulación que haya detrás, los sociologos parecen estar asumiendo que el voto descontento que ahora apunta a la abstención volverá al redil de cara a una convocatoria electoral. Tal cosa puede ser cierta o no, pero si en el año que queda para las Elecciones Europeas el gobierno persiste en sus recortes (que tendrá que hacerlo siguiendo los dictados europeos) el paro sigue subiendo, el PIB bajando y el rosario de casos de corrupción anegando los medios, la noche electoral será de las que no se olviden.

No hay comentarios: